Tepeyahualco de Cuauhtémoc, de la elaboración de huarache por décadas a la expansión con el calzado escolar

En 1965 Miguel Gómez Gómez salió de Tepeyahualco de Cuauhtémoc a aprender a elaborar huaraches. / Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

- En ese municipio de la mixteca poblana sus habitantes aprenden a hacer el calzado escolar con piel

- En 1965 Miguel Gómez Gómez salió de Tepeyahualco de Cuauhtémoc a aprender a elaborar huaraches.


En 1965 Miguel Gómez Gómez salió de Tepeyahualco de Cuauhtémoc a aprender a elaborar huaraches, sin imaginar que el oficio que heredaría a sus hijos también se convertiría en la principal actividad económica de ese municipio. Hoy esa localidad de la mixteca poblana fabrica 150 mil pares del calzado escolar 5 de Mayo, que el gobierno estatal comprará para distribuir entre estudiantes del sector público, en el nivel básico.

Tepeyahualco es de los municipios de la mixteca poblana que puede presumir escasa expulsión de migrantes, ya que existen al menos 100 talleres de calzado en los que se emplean familias completas e incluso brindan trabajo a gente de comunidades cercanas, como Huitziltepec, Molcaxac, San Jerónimo, San Lorenzo y Atoyatempan.

En la mayoría de los centros de trabajo se fabrica calzado para dama, principalmente sandalias, balerinas y huaraches elaborados con materiales sintéticos. El principal mercado es el sureste mexicano, en donde el clima cálido aumenta la demanda de esos modelos, prácticamente todo el año.


Algunos talleres comenzaron a fabricar calzado escolar con material sintético.


Algunos talleres comenzaron a fabricar calzado escolar con material sintético. / Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

Aunque algunos talleres comenzaron a fabricar calzado escolar con material sintético hace una década, es hasta ahora que el sector ve una nueva transición en el oficio, ya que los trabajadores aprenden a hacer zapatos hechos con piel, que requieren de nuevas técnicas y maquinaria para su manejo, mientras avanzan, contra reloj, para cumplir con su primer pedido de gran volumen.

Los zapatos para estudiantes forman parte de la marca 5 de Mayo, que es el proyecto de marca algunos talleres comenzaron a fabricar calzado escolar con material sintético con el que el gobierno encabezado por Alejandro Armenta Mier busca promover los productos hechos en Puebla, para ampliar su mercado y mejorar las utilidades de quienes los hacen. 


El oficio que sacó adelante a una familia y después a Tepeyahualco 

En la casa de la familia Gómez González permanecen varias maquinas con las que inició el oficio de elaboración de calzado. En ese patio, hace unos meses el gobernador, Alejandro Armenta Mier, se reunió con varios dueños de talleres y presentó la idea de adquirirles parte del calzado escolar que el gobierno distribuirá entre los estudiantes.


Entre maquinaria de antaño y otra adquirida recientemente para trabajar con piel.

Entre maquinaria de antaño y otra adquirida recientemente para trabajar con piel. / Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

“Yo creo que mi papá nunca pensó que esto fuera a crecer tanto, él ya no vio en donde vamos porque tiene 33 años de muerto y no vio esto de la marca 5 de Mayo, que hasta nosotros mismos nos sorprendimos y estamos agradecidos porque impulsa la economía de la región”, comparte Eleazar Gómez, quien recibió a El Sol de Puebla en el taller familiar que les heredó su padre Miguel Gómez.

Entre maquinaria de antaño y otra adquirida recientemente para trabajar con piel, compartió que su padre aprendió a hacer huaraches para hombre en Atoyatempan, una localidad ubicada a aproximadamente 20 minutos. Esa se convirtió en la actividad económica con la que sacó adelante a su familia, integrada por su esposa y cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres.

Gómez González recordó que el huarache que hacía su papá estaba dirigido a los hombres que trabajaban en el campo y era hasta cierto punto rudimentario porque lo confeccionaba sin conocimientos técnicos o de estética. Aun así se hizo popular, ganó clientes y le fue necesario emplear a más gente para hacer crecer su taller.

Loida Gómez compartió que su padre tenía que viajar hasta la Ciudad de México a comprar materiales y su madre andaba en el transporte público, cargando en bolsas su mercancía, para venderla en los tianguis, principalmente el de Tepeaca. “Mi papá tenía que batallar para ir a comprar un rollito de material o un bote pequeño de pegamento y lo tenía que esconder para poder subir al autobús porque no dejaban llevar solventes”.

Lo describió como un hombre generoso y visionario, porque aunque sus huaraches eran hechos de manera artesanal, siempre buscaba que su familia atendiera bien al cliente y compartía sus conocimientos con la gente a la que llegó a emplear. A eso atribuyó que el oficio se haya extendido en Tepeyahualco, a diferencia de Atoyatempan, en donde fue en declive.

“Siempre animaba a las personas que trabajaban con él, les decía: no siempre voy a estar aquí, a la mejor mañana trabajas por tu cuenta y pones tu tallercito”, comentó visiblemente emocionada porque consideró que su padre estaría muy entusiamado de saber que dejó un legado en materia económica.

Eleazar señaló que hubo un momento en que más gente aprendió el oficio y comenzó a emprender sus propios negocios. La competencia aumentó y fue necesario diversificar la oferta de productos, entonces a su familia se le ocurrió fabricar sandalias para dama, con el mismo material sintético con el que hacía el huarache.

Explicó que a principios de los años 90, viajó junto con su hermano a León Guanajuato y tomó varios cursos sobre confección de calzado, eso permitió que pudieran profesionalizar su técnica y diversificar los modelos que ya comenzaban a vender fuera de Puebla.

“Esa época fue el apogeo para nosotros aunque el país estaba en una crisis muy fuerte por la devaluación del peso. La gente tenía dificultades de dinero y buscaba zapatos baratos, nosotros hacíamos esos zapatos, entonces todos los talleres tenían demasiados pedidos, vendíamos zapato como pan caliente”, recordó.

Para Eleazar Gómez, la otra persona que influyó en el crecimiento del sector de fabricación de calzado fue Esteban Hernández, quien también era vecino de Tepeyahualco y desde la década de los 80 comenzó a emplear a gran cantidad de gente en su taller para fabricar sandalia.

Compartió que en el caso de su familia ya son tres generaciones las dedicadas al oficio porque sus hijos ya también confeccionan huarache para hombre. Él sigue impulsando la marca Ghisel, construida a partir de las iniciales de las palabras Gómez, Hermanos, Israel y Eleazar, que ha ganado terreno en el sureste mexicano, a donde envían diversos modelos de calzado para dama y niña.

El oficio de zapatero floreció a tal grado que los dueños de los talleres en Tepeyahualco han dejado de viajar a la Ciudad de México para conseguir materiales. Ahora hay diversas peleterías instaladas en el municipio y en las dos más grandes pueden adquirirlos a precios prácticamente iguales a los de León Guanajuato, desde donde surten las mercancías dos veces por semana.


Un oficio bien pagado, en busca de alcanzar la formalidad

Quienes trabajan en los talleres de calzado perciben salarios de entre mil 200 y 2 mil 800 pesos semanales, dependiendo de la actividad que realicen en la cadena de producción, ya que el sueldo más bajo corresponde a quienes se desempeñan como ayudantes generales y el más alto a quienes están a cargo de maquinaria.

Erik Medina lleva 12 años trabajando en la industria del calzado y compartió que en su primer empleo comenzó ganando 800 pesos semanales, en un horario de ocho de la mañana a seis de la tarde, con una hora disponible para comida. Hoy su horario es el mismo pero el salario ha mejorado.

“Aquí hay trabajo y realmente se gana bien porque no invertimos en pasajes o comidas, estamos cerca de nuestras casas y realmente uno va aprendiendo y va habiendo más oportunidad. Por ejemplo, si se abre un lugar en algún taller y sabes manejar las máquinas te contratan según lo que sepas y te mejoran la oferta del sueldo”, explicó.

Refirió que sólo algunas empresas en donde el número de empleados es mayor las condiciones laborales son mejores porque ofrecen seguridad social y otras prestaciones.

Andrés González, quien también labora en un taller, expuso que hay muchos que pudieran considerarse “familiares”, porque con la maquinaria básica se genera la producción suficiente para el ingreso de un hogar. Por lo tanto, no existe seguridad social pero a cambio hay beneficios como la flexibilidad de los horarios.

“Un taller pequeño para hacer el huarache (de mujer) necesita una pegadora, una parrilla y una máquina de coser. Yo todavía he visto que hay talleres en donde cosen las plantillas con agujas y hay otros en donde ya hay máquinas, entonces hay trabajo, pero no la misma herramienta”, expresó.


El reto del calzado 5 de Mayo

Para producir los 150 mil pares de zapato escolar de piel que el gobierno estatal se comprometió a comprarles, ocho dueños de talleres se asociaron para constituir una cooperativa denominada “Cuauhtémoc, impulsora de la industria del calzado poblano”.

Todos invirtieron aproximadamente 300 mil pesos para comprar maquinaria e instalar una fábrica en la que se produce el calzado escolar, ya que una sola máquina cuesta hasta 700 mil pesos. No obstante, en los talleres de cada uno también se trabaja parte del pedido, pero con un proceso menos industrializado. 

La nueva fábrica se instaló hace apenas dos meses con apoyo técnico de estudiantes del Instituto Tecnológico de Tepexi, que se encargaron de las instalaciones eléctricas y neumáticas e incluso de diseñar dos códigos QR que se incluyen en la caja donde se empaca el producto: uno permite conocer las características del calzado y otro enlaza a un video en donde el gobernador, Alejandro Armenta, presenta el proyecto del calzado 5 de Mayo.

“La producción la empezamos a principios de julio, por eso estamos contra tiempo para poder cumplir con los pares que nos tocó, porque en Tehuacán se están haciendo otros 150 mil. Para poder sacar adelante esto recibimos un anticipo y con eso pudimos comprar el material, que lo tuvimos que conseguir rápido y de buena calidad”, comentó Oscar Gómez Centeno, representante de la sociedad.

Expresó que el reto ha sido agilizar la puesta en marcha de la fábrica y capacitar al personal para usar las nuevas máquinas y trabajar con piel en vez de forro sintético. Esto ha provocado que la merma de materiales por errores de producción haya aumentado ligeramente durante los primeros días de trabajo.


¿Cómo se hace el calzado escolar? 

A diferencia de los talleres familiares o más pequeños en donde algunos procesos de la producción se hacen con maquinaria más antigua, como es el pegado, en la fabrica de la cooperativa laboran 30 personas en la línea de producción, que va desde el corte de materiales hasta el empacado.

Joaquín Medrano de Jesús, socio cooperativista, explicó que la persona encargada de una máquina cortadora inicia la línea de producción, que continúa con otra responsable del “rayado”, consistente en marcar las líneas de costura que tendrán las piezas. 

Posteriormente, dijo, se realiza el pespunte, que es el primer cosido de las piezas en los bordes, antes de ensamblarlas y despuntarlas. Otra persona se encarga de integrar el contactel y eslabón, que sirve para abrochar el zapato de niña. 

Medrano agregó que en el área de conformado los materiales se activan con un choque térmico y después, en unas máquinas llamadas montadoras, se pegan las puntas, el talón y los lados del zapato para dar forma a la parte superior del mismo, ya que la suela se coloca con ayuda de otra máquina que lo prensa a 6 libras para compactarlo y unirlo.

Ya armado, el zapato recibe otro choque térmico, ya que tras pasar por el calor de las máquinas de pegado es sometido a otra en donde alcanza una temperatura inferior a los siete grados centígrados. Para detallarlo se le introduce la plantilla y se pasa por una última máquina que le aplica brillo. 

Tras ser empacados en las cajas con los diseños de la marca 5 de Mayo, los zapatos son almacenados en la bodega de la fábrica, en donde se reúne poco a poco la producción en espera de iniciar los envíos para el gobierno estatal.


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