Entre ginebras, regaliz y Neruda






El Rincón de Zalacaín


de Jesús Manuel Hernández





"El gin tonic ha salvado más vidas y mentes de hombres ingleses que todos los doctores del Imperio". W. Churchill





La tertulia apenas iniciaba, los compañeros de mesa se fueron agrupando uno a uno en torno de unas botellas de ginebra recién llegadas de tierras londinenses cobijadas de una leyenda parecida a la de la fundación de la ciudad de Puebla con el sueño de Fray Julián Garcés, había dicho Zalacaín al grupo, pues es producto del sueño de un joven ex bancario decidido a revolucionar el mercado de las "London dry" con una mezcla de hierbas, esencias y flores de nueve países seleccionadas por un grupo de botánicos de todo el mundo.





Para tal ceremonia se habían conseguido enormes copas, de las llamadas "balón" para contener el preciado líquido. Pero el preámbulo de la ceremonia fue el caldo donde navegaron las anécdotas e historias del aventurero y los tertulianos vespertinos, pues el ginebra se bebe mejor de tarde.





Zalacaín se hizo acompañar no sólo de las botellas de Buldog sino de una bolsita con unas varitas oscuras. Procedió a colocar el hielo dentro de cada copa y una varita, "es regaliz", les dijo, aporta un sabor espectacular a la bebida; regó los hielos con Buldog, movió un poco, olfateó en el interior, puso más ginebra y después completó con una tónica importada, Fever Tree, vaciada por encima del largo mago de la cuchara de bar en forma de espiral, el secreto era no derramar ni una gota y ayudar a evadirse en el viaje al gas agregado a la tónica, de ella el aventurero ya había dado cuenta meses antes a sus amigos.





Pero estaba de humor y recordó a quienes lo habían olvidado, cómo la raíz de un árbol peruano, llamado luego "fever tree" o árbol de la fiebre, habían sido usadas para curar de malaria a la Condesa de Chinchón durante un viaje a Perú en el siglo XVII; los holandeses importaron las semillas de Perú y consiguieron el mejor extracto de quinina, después los ingleses, acostumbrados a tomar todo lo bueno del mundo, la mezclaron en forma de extracto con agua y azúcar para combatir la malaria durante la colonización de la India. Al tener un sabor amargo al agua tónica le agregaron ginebra y así nació el "gin tonic" del imperio británico. Pero las semillas de los ingleses eran ecuatorianas, sin la notable fuerza de las peruanas.





Los ingleses, contó Zalacaín, no sólo tomaron la quinina de los holandeses, también el ginebra, destilado de enebro, llamado "genever" y empleado como tónico medicinal desde el sigo XII, pasó a tierras británicas con modificaciones en su destilación y compuestos de hierbas y aromas hasta conseguirse el "gin" y el "London gin".





Y siguieron las historias, el regaliz es una raíz usada desde la antigüedad como condimento dulce para postres, pero por su sabor entre anisado y agridulce dio el toque perfecto a una de las cervezas más famosas de Irlanda, la Guinness; a sus tallos se les conocía como "palos dulces" y ya en extracto han tenido fama por sus propiedades expectorantes.





El aventurero recordó aquellas barras negras o rojas tan populares de su infancia y aún hoy en las dulcerías madrileñas, o en su presentación como pequeñísimos caramelos dentro de una caja roja y redonda con el nombre de "Juanola" y le vinieron a la mente algunas líneas de un poema, ignoraba quien había sido su autor





"De cada uno de tus pétalos me sale una estrofa,





De cada una de tus caricias me sale un poema





De cada una de tus espinas me sale la rima,





Con tus miradas me abres el alma





Con tu sonrisa me contagias tu risa





De tus besos, ¡Dios, qué me saldrá de tus besos!,





Seguramente más amor, más amor,





Y un hueco en tu jardín de regaliz





Y que no nos falte ni una gotita





De esa apreciada agua del amor..."





Los tertulianos rieron y alabaron el romanticismo de Zalacaín, "a la vejez viruela" le dijeron varios al unísono.





Y entonces levantaron las copas y brindaron por los ausentes, por los presentes y por los venideros. El aventurero les contó del ginebra Buldog, fiel al estilo británico, seco, donde destacan dos ingredientes insospechados: la amapola y ojo de dragón, también llamado lichi, eso la convierte en la más atrevida bebida de su género a la cual se le han empezado a atribuir propiedades afrodisíacas, este asunto vino a voltear a ver de nuevo la botella de la bebida apenas nacida hace 6 años del sueño del norteamericano de origen hindú Anshuman Vohra, quien la bautizó con el nombre de la raza de perro favorita de Winston Churchill por ser aquél 2006 el Año del Perro en el calendario chino.





Rosa llevó hasta la mesa del bar las "piruletas de parmesano" unas coquetas tapas a manera de paletas infantiles, aceitunas rellenas, arenques, pan negro y almendras tostadas. La agradable velada estuvo salpicada de coplas y alguno se atrevió incluso a recitar algún poema:





"Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, 





te pareces al mundo en tu actitud de entrega. 





Mi cuerpo de labriego salvaje te socava 





y hace saltar el hijo del fondo de la tierra".





Neruda, Pablo Neruda, por supuesto, dijo el aventurero. 












Video en canal de Youtube: elrincondezalacain






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