Y van por más

 

Por Soleares

Jesús Manuel Hernández 



Tradicionalmente el Tercer Informe de Gobierno marca el inicio de la caída de poder de un gobernador; en el caso de Puebla ha sido simbólico siempre que al inicio del cuarto año de gestión, empiecen a aparecer los tiradores a la sucesión.



Pero el de Rafael Moreno Valle es diferente, se ha planteado de otra forma, respondiendo al escenario nacional y a la urgente necesidad de no permitir que nadie ajeno al grupo élite penetre.



De ahí que el gobernador vaya moviendo sus fichas para crear a la "nueva generación militante", como se explicaba en la columna anterior. Sólo que ahora aparece otra persona, casi desapercibida por muchos, pero con un enorme poder y que ha venido siendo pieza clave en decisiones de gran envergadura del gobernante, tal vez incluso, causa de algunos alejamientos con el grupo inicial.

 

Moreno Valle sabe que la "capital" lo es todo en el ejercicio del poder, de ahí que la sucesión en el PAN Municipal haya sido un tema de reflexión para construir el futuro; no podía llegar nadie ajeno a él, pero tampoco nadie que pudiera ser contrapeso. Aquí se explicó el tema con oportunidad (http://www.losperiodistas.com.mx/columna/857/pablo-al-pan#.UtVr3vQsKZY).



¿Cuál es el futuro que ha planeado el gobernador para su esposa Martha Erika Alonso?



Esa es la cuestión para entenderlo todo. Hasta ahora la esposa del gobernador además de ser presidenta del DIF y mantener una aparente sana distancia con el ejercicio del poder, debutó como miembro activo del PAN y consejera estatal y nadie dijo nada, al contrario, se consideró como un puente de plata con Casa Puebla.



Sin embargo su nombre figura en la lista de la planilla de Pablo Rodríguez para el Comité Municipal al lado de una pléyade de morenovallistas, donde sin duda la más importante es ella, con lo cual no puede menos que pensarse que el gobernador le está haciendo carrera dentro de Acción Nacional y que no confía absolutamente nada en Pablo R. Regordosa.



Por tanto no sería extraño que el nombre de Martha Erika Alonso Hidalgo fuera pasando el tamiz de la aceptación partidista para ser considerada como opción valedera en puestos de elección popular, sea en cuestiones federales, municipales y por qué no hasta estatales, con ello se cerraría el ciclo de forma contundente en favor de la nueva generación militante, algo que ni Maximino llegó a pensar.



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