Los puntos oscuros

Por Soleares

Jesús Manuel Hernández

• Fernando Manzanilla se convierte en un peligro para el grupo compacto del Gobierno de Puebla, sabe demasiado y conoce las raíces.

Las crónicas periodísticas acaban de sacar a la luz pública lo que el primer círculo familiar y sus allegados ya sabían. La desintegración del grupo compacto que llevó a Rafael Moreno Valle Rosas a la candidatura es un hecho, aún reversible, pero es un hecho tan real como el empleo de plumas para marcar distancias.

Los unió la necesidad de sumar esfuerzos con un objetivo común: sacar al Marinismo de Casa Puebla, el gran opresor, presentando al héroe capaz de hacerlo, quien por desgracia se ha convertido en el nuevo opresor.

Y he aquí que si Diciembre del año pasado fue un mes con preocupaciones para el primer círculo, este no lo será menos, máxime cuando las definiciones de los polos han llevado al resto del equipo a asumir posiciones, por temor, necesidad o negocios.

Veamos:

De un lado están sentados Roberto Moya Clemente, Eukid Castañón, Cabalán Macari Álvaro, Jorge Aguilar Chedraui y Luis Maldonado Venegas.

Cada uno desempeña un papel importante y tiene una codependencia, muy parecida al equipo que mantenía en el poder a Mario Marín. Y eso significa que los asuntos no transparentes, nebulosos, negros, les compromete en mayor o menor medida.

Del otro lado están, Fernando Manzanilla Prieto, Antonio Gali Fayad y Marcelo García Almaguer, quienes igualmente en mayor o menor medida constituyen un problema para el equipo anterior, debido a su grado o de cercanía o de conocimiento de los puntos oscuros, es decir de aquellas decisiones tomadas al más alto nivel donde cierta información podría dar al traste con los asuntos gubernamentales.

Y no es nada nuevo, en la medida que hay codependencia y compromiso en las decisiones de la gestión, es la responsabilidad que se asume, dentro o fuera del equipo.

Bajo esta óptica es posible entender que Fernando Manzanilla se convierte en un problema para todos aquellos que han intentado llenar el hueco dejado por el poderoso Coordinador de Campaña del candidato y no menos poderosos Secretario General de Gobierno. Y más aún para todos aquellos que se han despachado con la cuchara grande y eso compete asuntos económicos. Bien dicen por ahí "tanta culpa tiene quien mata a la vaca como quien le jala la pata".

Si Manzanilla fuera líder del Congreso no dejaría pasar asuntos que correspondan más al capricho que a la necesidad real de legislar; si Manzanilla se mantiene activo en la política local, será siempre el referente de quienes critiquen que Moreno Valle se ha apartado del proyecto original de sacar al opresor de Casa Puebla y no convertirse en el nuevo opresor.

Visto así el tema, Fernando Manzanilla está conociendo desde hace algunos meses a sus verdaderos amigos, por que es obvio que a los enemigos los tiene perfectamente identificados.

Y es que como reza el refrán, "dos cochinos no se huelen".

jesusmanuelh@mexico.com