¿Arde Puebla?

Por Soleares

Jesús Manuel Hernández 





La extraordinaria novela de Dominique Lapierre y Larry Collins aparecida en 1964 sobre la caída de la capital francesa, titulada ¿Arde París?, haciendo alusión a la pregunta formulada por la oficina de Hitler sobre si el general Von Choltitz había cumplido la orden de quemar la Ciudad Luz ante el fracaso nazi, viene a cuentas en la Angelópolis, no por la caída sino por las razones que llevaron a Hitler a tomar París.



En términos de geopolítica, el Tercer Reich tuvo como asesor principal al creador de la "Weltpolitik", Karl Haushofer, quien recomendó crear un triángulo de poder abriendo los frentes en torno a Alemania a fin de controlar Europa. El punto más occidental era París; a Hitler no le interesaba el resto de Francia, sólo la capital.



Y el tiempo le daría la razón, ante el desembarco de los aliados en Normandía se inicia la carrera de Charles De Gaulle por llegar primero que los norteamericanos a París, pues tomando la capital simbólicamente los franceses recuperaban su territorio, de haber sido los aliados, la historia sería diferente.



La novela deja sentado el precepto de la importancia geopolítica de la capital de Francia, y en términos generales de la capital de cualquier potencia. De ahí la reflexión sobre el caso de Puebla y las obras necesarias o no, suntuosas o no, síntoma del derroche o no, de la transparencia o no, de la realidad política de la ciudad o no; simplemente son una impronta, una especie de "tierra quemada" de Gengis Kan, inspirador de la orden de Hitler de quemar París al no poder controlarla.

Así, bajo esta premisa será más entendible el comportamiento estos tres años del gobernador Moreno Valle Rosas. Recordemos que desde la campaña se opuso fuertemente a que Eduardo Rivera Pérez fuera en la fórmula, no aceptó "cogobernar" con él la ciudad, se negó a dar el Grito de Independencia en el balcón del Palacio Municipal junto a Rivera a quien está por demás decirlo exilió en la mayoría de las obras espectaculares.



Así entenderemos el capricho de hacer "un nuevo centro" geopolítico de la ciudad en Los Fuertes, y otro en torno a la Estrella de Puebla, proyectados a convertirse en dos hitos de la ciudad que superen la parte religiosa de su arquitectura y tradiciones.



Moreno Valle ha hecho en estos tres años muchas obras, que no sirven a los poblanos, como los puentes; mucho concreto en las calles, que beneficia a la clase media; mucho alumbrado en el centro, mientras cientos de colonias están sumergidas en la oscuridad total.



Pero a fin de cuentas, Moreno Valle ha ejercido el poder, ha sabido jalar los hilos de los títeres a tiempo.



A diferencia de Francia donde el nacionalismo impulsó la resistencia, en Puebla, la poblanidad ha prácticamente desaparecido, y como muestra un botón: Eduardo Rivera Pérez.



En fin, lo mejor, como dicen por ahí, está por venir.



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