Moreno Valle ¿se va?





Por Soleares


Jesús Manuel Hernández




Dos reuniones muy importantes del gobernador Rafael Moreno Valle han sido cubiertas por las sombras del enfrentamiento del 9 de julio pasado entre policías armados con balas de goma, gases lacrimógenos y toletes, contra los habitantes de San Bernardino Chalchihuapan, con el saldo de todos conocido y pese a la ceguera de Luis Maldonado Venegas de sólo haber visto campesinos armados con palos, tubos, gases lacrimógenos y "piedras de gran calibre".






La primera fue en Chignahuapan durante la gira del presidente por temas forestales. Alguna crónica señala que fueron 47 minutos a solas entre el gobernador y el presidente. Lo de menos el tiempo que haya durado, lo importante es el tema que trataron.





La segunda fue en un restaurante de la Zona Rosa, Moreno Valle comió con el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong. Lo que hayan comido o quién pagó es lo menos importante, lo trascendente es de qué hablaron y si acaso la charla tuvo relación con el tema mantenido en la reunión privada con Peña Nieto.





Una semana antes fuentes usualmente bien informadas confiaron a este reportero sobre el plan de Peña Nieto para Moreno Valle a quien ciertamente necesita como enlace con algunos de los grupos de poder donde el gobernador poblano ha desarrollado habilidades de acercamiento, financiamiento y por tanto dirección.









Esas mismas fuentes especularon con el tema en favor de la próxima salida de Moreno Valle de Puebla y su inclusión entre los miembros del gabinete ampliado o reducido del presidente Peña Nieto.





¿Por qué preguntó el reportero?





Simplemente por que Moreno Valle ha sido eficiente en su desempeño y el gabinete necesita de hombres como él, sobre todo para tenerlo cerca en las elecciones de 2015 y en la sucesión presidencial.





Sería, dijeron, algo así como "caerse para arriba". Bien reza la sentencia del chino Sun Tzu en su libro "El arte de la guerra": "Ten a tus amigos cerca, pero más cerca a tus enemigos".





Tal vez en esta reflexión se entienda el marco del escenario de los hechos de Chalchihuapan, nada más terrible y dañino podría sucederle a Moreno Valle que le culparan de la violencia. Por eso ayer el inquilino de Casa Puebla solicitó la intervención de la PGR para que investigue los hechos.





Cualquier parecido al bochornoso caso de Mario Marín con Lidya Cacho, es mera coincidencia.





Evidentemente si hay culpables, caerán, pero ¿arañarán la imagen del gobernador?





O más bien, servirán para allanar su asenso.








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