¿Marinismo o Antimorenovallismo?

Por Soleares

Jesús Manuel Hernández

La primera página del periódico de más circulación en la entidad, El Sol de Puebla, abre un espacio en su nota principal, "la de 8" a una fotografía del ex gobernador Mario Marín Torres. Han pasado casi tres años y medio y nunca lo había hecho; su reaparición al lado de Ana Isabel Allende robó cámara a los protagonistas del Consejo Político del PRI, o lo que queda de él.

Cualquiera podría señalar que los priístas no tienen memoria, o vergüenza, o todos forman parte de la "Secta de los Cínicos", el caso es que Mario Marín se ha convertido de pronto en un imán para recoger, aglutinar el antimorenovallismo.

El PRI apostó con mucho riesgo, Marín aglutinó a todos en su contra en el pasado, y sin duda su retorno no estará alejado de los acuerdos en las alturas.

Y el hecho se da en seguidita de uno de los peores momentos del gobierno de Rafael Moreno Valle, cuando los reflectores sociales y políticos le apuntan con agudeza al ejercicio del autoritarismo y ante la clara ausencia de liderazgos en los partidos políticos, entre los cuerpos intermedios empresariales, ante la declinación de las universidades, sobre todo la pública por encabezar movimientos en favor de los pobres.

Los críticos de Mario Marín, ahora son los cómplices de Moreno Valle, además muchos de los beneficiados con el marinismo se han pasado a las filas del gobierno en turno, o por presiones, convencimiento, negocios, el futbol o las gasolinerías o el miedo.

Sin duda la estrategia del PRI nacional también tiene que ver con la posibilidad de subirse a la protesta femenina en Puebla. Pareciera que las mujeres son el punto de partida para el contrapeso del exceso de poder del gobernador. Las figuras de Roxana Luna Porquillo y Ana Teresa Aranda de Orea, como que se van acomodando a ese deseo que hay entre los poblanos de gritar ¡Ya basta! ante las actitudes del poder de Casa Puebla y la lejanía de su gabinete con la sociedad poblana.

Cuentan que Ivonne Ortega se preguntó quién sumaría a todos los grupos de poder en el PRI para encabezar la nueva dirigencia. Y que pasó muchas semanas sin encontrar a alguien con esas características. Ortega tenía claro que debía ser una mujer pero el sector femenino resultó ser el más conflictivo a la hora de pedir unidad, por tanto la solución empezó a desviarse hacia una figura masculina.

El nombre de Ana Isabel Allende Cano había sido puesto en la lista, pero no sopesado al interior del partido, resultó ser quien menos ataques recibió y entonces empezó la maniobra para dar posiciones a los grupos de poder en los comités estatal y municipal.

Pero la gota que derramó el vaso y reafirmó la decisión de Ortega en favor de Allende fueron los últimas acciones de Moreno Valle en contra de Roxana Luna Porquillo, la persecución, el acoso, y luego contra Ana Tere Aranda.

¿Por que el PRI tendría que dejarle el espacio político a la oposición en boca de las mujeres? se preguntó Ivonne Ortega. Y la respuesta estuvo a la vuelta de la esquina.

Falta por comprobar si Ana Isabel Allende recibirá recursos económicos, si los líderes de los grupos, Dóger, Marín, Alcalá, Lastiri, Estefan, aportarán no sólo capital político y humano, y hasta familiar en algunos casos, sino económico para levantar al tricolor que está pasando por sus peores momentos en Puebla.

Y una última pregunta: ¿tendrá el valor y la inteligencia Ana Isabel Allende de acudir a la cadena humana del 30 de Agosto donde harán acto de presencia las otras dos mujeres que están en contra del gobierno?

Mientras tanto todos se preguntan y ¿dónde están los exgobernadores emanados del PRI?

Parecieras que salvo Mario Marín todos han sido cooptados, lo que también representa un hecho que Moreno Valle puede aprovechar, y los poblanos volvamos a ser testigos del enfrentamiento como hace cuatro años.

Por lo pronto una mujer más se alista en la oposición del gobernador.

En fin, como dijera Napoleón Bonaparte: "Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo".

jesusmanuelh@icloud.com