Defender a los pobres no es comunismo




Por Soleares
Jesús Manuel Hernández


A algunos ha espantado del Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en Roma, inaugurado el lunes por el Papa Francisco, casi lo comparan con la conspiración comunista dentro de la Iglesia para terminar, por así decirlo, con el confort del capitalismo.






Esa percepción, la ajena al papa, sin duda es la más cercana a los movimientos panistas y de derecha que apoyan la actividad, el estilo, la gestión de Rafael Moreno Valle al menospreciar el valor de la vida de un niño y cerrar los ojos ante la pobreza, tal cual lo asumiera a finales de la semana pasada el legislador y dirigente panista de la ciudad, Pablo R. Regordosa, en un tema que ha inundado las cuentas e twitter.





Copio aquí algunos de los puntos mencionado por el Papa Francisco en el discurso inaugural, que le quedan como anillo al dedo al caso que los poblanos vivimos donde existe un estilo de vida muy contrastante entre la extrema pobreza y los privilegios de que gozan los políticos y sus camarillas.





Dijo el Papa que "el amor a los pobres está en el Evangelio y eso no es comunismo".





Los pobres no sólo padecen de la injusticia sino que también luchan contra ella, pero "no bastan los planes asistenciales o soluciones prometidas que nunca llegan o si llegan, llegan de tal manera que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar" a la sociedad que protesta.





Aquí uno no sabe si Francisco habla de Chalchihuapan y demás Juntas Auxiliares que protestan por el retiro del Registro Civil o de quienes han sido expropiados de sus tierras en Cholula.





Y definió después el concepto de "solidaridad": es, dijo, actuar en términos de comunidad, de luchar contra las causas estructurales de la pobreza.





Y llamó a enfrentar a los destructores efectos del Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes, les dijo, sufren y que todos estamos llamados a transformar.





Citó ante los expertos en Movimientos Populares lo que significa para la Iglesia Católica el trabajo, la tierra y el techo. En éste último punto definió al techo para que fuera hogar en una dimensión comunitaria, y eso es el barrio, ahí, dijo el Papa, es donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo más inmediato, desde la convivencia con los vecinos.





Y el discurso del Papa Francisco derivó en un texto que no hace menos que voltear los ojos a Puebla y su zona conurbada:





"Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz... pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso niños, y se los llama elegantemente, personas en situación de calle...





"Vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios... pero abandonan a una parte de sí en las márgenes, las periferias.





"¡Cuánto duele escuchar que a los asentamientos pobres se los margina o, peor, se los quiere erradicar! Son crueles las imágenes de los desalojos forzosos, de las topadoras derribando casillas, imágenes tan parecidas a las de la guerra. Y esto se ve hoy".









¿Qué esperan señores panistas de Puebla, qué esperan defensores del bien común? Acérquense a la línea del Papa, tal vez eso les de más votos y una tranquilidad de conciencia.





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