Compañeros de viaje de Chespirito




Por Soleares

Jesús Manuel Hernández


La muerte de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, no sólo se ha convertido en un fenómeno mediático de los países de habla hispana, ha sido también un hecho usado convenientemente para paliar asuntos del orden político en un país donde la reina de los medios es el poder fáctico más importante, incluso, según parece, que los poderes formales.





El Chavo del Ocho fue catalogado en su momento por los intelectuales como una sátira de la sociedad mexicana, familias disfuncionales reducidas a la pobreza frente al casero especulador.






Un chavo huérfano, víctima del bullyng, ejemplo de todas las frustraciones que lucha por ser aceptado y pertenecer al grupo, y cuya máxima ilusión es comerse una torta de jamón.





La Chilindrina, berrinchuda, manipuladora del padre, con baja autoestima y mala autoimagen a cuya madre nunca conoció.





Don Ramón, el padre manipulado por la hija, holgazán, irresponsable, neurótico y con sentimiento de culpa.





Kiko, el narcisista del grupo, consentido, con complejo de Edipo y sin la figura paterna.





Doña Florinda, neurótica, madre soltera, frustrada, sin vida vida sexual, abandonada de sí misma.





El profesor Girafales, viudo, soñador, el eterno novio platónico.





Todo ello en una mezcla de ironía y sarcasmo que hizo reír a millones de seres humanos que vieron en la televisión el reflejo de sus propios problemas. 





Pero a fin de cuentas un éxito mediático.





La muerte de Roberto Bolaños, cuyo hermano por cierto fue agente de seguridad federal en Puebla, se convirtió en el trending topic de las redes sociales, un asunto, que los asesores de los políticos utilizaron para montarlos en las listas de condolencias y pesares.










Peña Nieto tardó 12 minutos en aparecerse en el panorama, le siguieron líderes de cámaras, miembros del gabinete y por supuesto los gobernadores, entre ellos el aspirante presidencial, Rafael Moreno Valle Rosas quien en su cuenta de Twitter escribió "Lamento el fallecimiento de Roberto Gómez Bolaños, un mexicano excepcional que divirtió a niños y adultos del mundo, su legado permanecerá".





Efectivamente, Chespirito deleitó a muchos niños, entre ellos a José Luis Tehuatlie Tamayo, quien murió asesinado por un artefacto disparado por la policía bajo las órdenes del gobernador poblano.





Vaya contrastes, Moreno Valle nunca subió a su cuenta de Twitter un comentario por la muerte del niño de Chalchihuapan, jamás le dio el pésame a su madre, al contrario, la culpó junto con la población de la muerte del niño.




Peña Nieto tardó 10 días en reconocer y dar la cara por el caso Ayotzinapa, y 12 minutos para sumarse al trending topic de Chespirito. Moreno Valle pronto cumplirá 5 meses sin lamentar la muerte de José Luis, pero a fin de cuentas Bolaños Gómez seguirá dando votos.





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