Iguala, ya se sabía hace diez años




Por Soleares
Jesús Manuel Hernández


Han muerto al menos 60 mil personas en México en los últimos años en consecuencia del narcotráfico o el crimen organizado en términos más amplios, pero la desaparición de 43 estudiantes ha sido la gota que derrama el vaso de los ciudadanos cansados del crecimiento de la complicidad del poder y la delincuencia. 





Cada día los mexicanos y los observadores mundiales acudimos a una revelación de más corrupción entre quienes pidieron el voto y quienes delinquen.






México ha sido calificado ya por los analistas internacionales como un Estado cercano al calificativo de "fallido", y si no, por lo menos secuestrado, cuarteado, cuestionado, al borde de "una guerra por destruir las perversas relaciones entre el crimen y la clase política y el reforzamiento de la justicia, como lo señaló hace unos días en un artículo para El País, el periodistas y observador de la transición española y los hechos políticos de México, Antonio Navalón. 





Moisés Naim, respetado analista de economía y política internacional, ex director de la revista Foreign Policy, autor de "El fin del poder" ensayo presentado el año pasado, habló hace unos días sobre el tema de Iguala y dijo: "me sorprende que sorprenda lo sucedido en Iguala... Las señales estaba ahí por lo menos hace diez años" e hizo referencia a parte de lo expuesto en su libro: “La tragedia de Iguala, este suceso espantoso, que encoge el corazón, se explica a través de lo que yo defino como microgrupos de poder, que en este caso son mafias de narcotráfico que han conseguido reemplazar las funciones del Gobierno, como ha ocurrido en esta región”. 





Sobre el tema el texto traducido al español que apareció a principios de este año dedica un espacio a los "Zetas" y dice de ellos: "Ahora que está llegando a su fin la lucha de poder entre cárteles rivales, los Zetas, que antes eran una milicia de sicarios, se han convertido en una organización narcotraficante por derecho propio, que pelea por mercados y las rutas de distribución más importantes y que, al parecer, está expandiéndose a Europa mediante su asociación con la 'Ndrangheta calabresa". 





Lo que faltaba, relacionar el tema de Iguala, la complicidad de políticos, partidos, delincuentes, jueces, militares, policías, etcétera con la mafia italiana. 





Naim documenta sus dichos en esta obra imprescindible para los analistas de la política actual. 





Y si Naim lo sabía, es obvio que al menos hace diez años el gobierno mexicano tenía también conocimiento de lo que podía suceder. 





Luego entonces no es solo culpa de los gobernantes actuales, el tema arrastra a los anteriores gobernadores, presidentes municipales de Iguala y por su puesto a los presidentes del país, Fox y Calderón, que si lo supieron callaron y eso los hace cómplices. 





O por lo menos así me lo parece.





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