#PorSoleares: Las otras elecciones




Casi han pasado desapercibidos los movimientos al interior del Consejo coordinador Empresarial de Puebla y los grupos que detentan el poder. El proceso de renovación de la dirigencia se pospuso bajo el argumento de que las campañas políticas podrían ser un problema y por tanto el grupo en el poder fijó la fecha para después del 5 de Junio, una vez que haya gobernador o gobernadora electos.






Tres grupos se enfrentan ahora. Uno, el que tradicionalmente ha venido manejando la dirigencia, y cuya cara visible es Luis Regordosa, quien viene proponiendo desde abajo a Carlos Montiel Solana, un empresario salido de Coparmex, cuya familia ha estado vinculada por décadas a los Regordosa y no dan paso sin consulta.





Como oposición visible, aparece el ex presidente de Canacintra, Luis Espinosa Rueda, quien pretende desmantelar la tradicional estructura de votos que en el pasado ha funcionado y cuyo efecto de imposición se registró hace unos años cuando ante la divergencia entre Luis Regordosa y Eduardo García Migoya, se dio origen a la conformación del llamado Consejo de Organismos Empresariales (COE) cuyo destino no ha sido precisamente promisorio debido a su acercamiento con el gobierno priísta.









El CCE se debate nuevamente entre la parte oficial y la renovadora, con los alcances que esto puede suponer, pues la relación del liderazgo empresarial a últimas fechas ha estado muy cercano a los deseos de los gobernadores afines o contrarios a los enemigos.





Desde su formación, el CCE ha intentado ser una entidad de equilibrio entre el abuso del poder oficial y los intereses de la sociedad emprendedora. A veces con aciertos, como cuando enfrentaron a Jiménez Morales, a Piña Olaya, luego serían parte del equilibrio con Bartlett y sobre todo Morales Flores quien los recompensó con los terrenos en la zona de Angelópolis, un asunto que aún no queda muy claro respecto a la escrituración de ciertas áreas y –afirman algunos- beneficios personales para algún expresidente.





Al conocido escenario de sucesión se vino a sumar hace muy poco otro personaje a quien siempre le han pedido encabezar la planilla y que sólo ha aceptado formar parte de alguna de las vicepresidencias, debido a sus múltiples tareas en el extranjero.





Gilberto Marín Quintero, el poderoso empresario había eludido siempre ser candidato a presidente, pero de unas semanas a la fecha ha mostrado su interés y tan sólo trascender el deseo se han cambiado los momios y los Regordosa no concilian el sueño. De pronto podrían tener tres nombres para elegir, el oficial Montiel, el opositor Rueda, y el poderoso Marín.





¿Qué sabrá Marín que los demás desconocen, por qué su repentino interés en encabezar al empresariado poblano?





Será acaso parte del plan de contingencia por lo que se avecine en 2018.





Quizá. O por lo menos así me lo parece.



















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