#PorSoleares: El Miedo
Todas las acciones han tenido un común denominador: generar el sentimiento del temor, del miedo. Lo mismo el espionaje que las operaciones contra sus enemigos políticos y ahora electorales.
La personalidad del gobernador Rafael Moreno valle es ampliamente conocida por quienes han estado en su dominio.
Apenas hace tres años, el llamado “Pastor”, Francisco Fraile concedía una entrevista a Martín Hernández Alcántara del periódico La Jornada de Oriente y decía que el modo de gobernar de Rafael se ubica: “en la concepción antigua de que el poder se tiene para ejercerlo, para que se sienta fuerza, para que se sienta temor, para que se sienta miedo…”.
Sin duda ese ha sido el sello. Adornado, condimentado con las alabanzas de los incondicionales que vociferan que el poder es emanado de Dios, y por tanto hay que obedecer al “señor gobernador”.
Y bien podría agregarse aquella sentencia de Lutero “La desobediencia es mayor pecado que el asesinato”, con lo cual el montaje es perfecto para el desempeño del autoritarismo.
Ahora ante los temores, ante el miedo interno de ver cercano el empate en los resultados electorales, “El Pastor” obedece y arrastra a sus fieles, Jaime Zurita y Alejandro Serrano, para emitir opiniones respecto a no volver al pasado. Y Fraile aún se atreve a condenar la “resistencia civil” y llama a dejar el pasado y convoca a cerrarle la puerta y “seguir adelante”.
No hace muchos años, el propio Fraile haría eco del llamado a la resistencia civil frente a Casa Puebla al lado de Jorge Ocejo, de Ana Tere Aranda, de Ricardo Villa Escalera. Hoy los actores están separados, forman parte de otros elencos, y hay serias evidencias de que el miedo y los negocios han sido la causa de sus nuevas amistades.
El espionaje telefónico es otro elemento, cada que salen grabaciones, en Casa Puebla se levanta el orgullo, hay emoción de que los demás sepan quién manda, quién tiene el poder, quien la fuerza y los instrumentos para ejercerlo.
La persecución a los seguidores de Ana Tere, de Roxana y de Alcalá no ha traído más que caldo de cultivo a romper con el miedo y abrir las esperanzas.
Fraile lo decía en aquella memorable entrevista del 12 de Agosto de 2013 al hablar del desempeño de Lalo Rivera desde 2006:
“… Se asumió desde entonces una postura de dejar hacer al otro y Rafael tiene una concepción del poder totalitarista por el abuelo, junto con Rafael Ávila Camacho, etcétera; es decir, la concepción plena de los años 40 sin excepción y ésta es una crítica que hay que poner sobre la mesa, porque hay que equilibrar el poder, la falta de equilibrio de poder desbarata instituciones...
“¡Esto es lo que está en juego en este estado! –añade– y si no lo podemos concebir y si no lo queremos ver, pues me duele porque yo así no formé a los jóvenes, yo los formé con el principio de la libertad, como principal punto de partida frente a la autoridad, frente al sentido de discutir las cosas para decidir cómo hacerlas. Hoy ya no se discute nada, hoy simplemente se dice: ‘si, señor; sí, señor; sí, señor’, y esto desbarata instituciones, no desbarata sólo al hombre, desbarata instituciones. Y cuando las instituciones las hacemos blandengues, cuando a las instituciones las hacemos nada, pues simplemente la sociedad es arrasada. En Puebla la sociedad está callada, la sociedad no está cerca del gobierno, está lejos del gobierno”.
Tres años después el miedo se ha impuesto.
O por lo menos así me lo parece.
