Policía narra la jornada violenta de Huehuetlán El Grande

Foto: Héctor González
Ernesto Álvarez 

Con limitaciones, pero hay atención al público en la presidencia municipal de Huehuetlán El Grande, después de los acontecimientos suscitados durante la noche del pasado domingo 2 y las primeras horas del lunes 3 de julio, con saldo oficial de dos lesionados y nueve fallecidos.

Con la condición de no ser grabado ni fotografiado, un elemento de la Policía Municipal relató para El Sol de Puebla parte de la experiencia que vivió durante la noche en la que el comando de quince o veinte integrantes de la banda “Los Cuijes”, llegaron a Huehuetlán El Grande.

Durante la noche del domingo, el operador de cabina, desde la comandancia, recibió una llamada de la gente pidieron auxilio. “Nosotros estábamos en recorrido habitual sin imaginarnos lo que se avecinaba. Solo nos dijo el radiooperador que había gente armada realizando disparos en las calles. Creímos que eran personas que estaban bajo los efectos de bebidas alcohólicas, que andaban haciendo escándalos en la vía pública, o sea en las calles del centro de Huehuetlán El Grande, pero después el mismo radiooperador nos dijo que de los disparos inicialmente reportados, ahora eran golpes, persecuciones y ataques”.

“Cuando nos enfrentamos al grupo delictivo no sabíamos quiénes eran, hasta que uno de ellos, se identificó como integrante de la banda del Cuije y es cuando la situación empeoró, pese al llamado de auxilio a la Policía Estatal, ésta tardó en llegar, pero (en caso de haber llegado) se hubiera solucionado o hubiera empeorado”.

En el caso del ataque al comandante de la Policía Municipal, ocurrido durante la mañana del lunes y cometido por gente que pedían o exigían el levantamiento del cuerpo de una víctima del grupo mencionado, el testigo aseguró que la agresión pudo haberse evitado porque hubo exceso de confianza, “estaba hablando por teléfono móvil cuando se cometió el disparo hacia su persona”.

“En cuanto a mis compañeros –dijo-, una mujer para evitar que fuera atacada, brincó una cerca, cayó a una acequia, donde se mojó, salió sucia debido a que el agua estaba electrocutada a causa de que había un equipo de bombeo, por suerte no murió ni en manos de los delincuentes ni por este fenómeno”.

Al día siguiente, además de la pérdida de la vida del comandante, José Martín Loaiza Reyes, resultaron lesionados el regidor de Gobernación, Evelio Salas Salas y el policía, Enrique Villa Salas.

Cuando los individuos de la mencionada banda interceptaron a los tres uniformados, nuestro entrevistado –uno de los tres-, fue amenazado con arma de grueso calibre, con palabras altisonantes le pidió su arma de cargo, que consistía en una escopeta.




Al fallecido comandante, le fue quitada una pistola calibre nueve milímetros y un radio, que hasta el momento se desconoce su paradero.

Desde ese día, el alcalde Lázaro Luna Corona salió del municipio para resguardarse junto con su familia en la ciudad de Puebla, en tanto sostenía reuniones con la Secretaría General de Gobierno (SGG) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), hasta el día jueves cuando regresó para continuar sus labores al frente de la Comuna.


EL DETONANTE DEL PROBLEMA

Aunque no se ha confirmado, al parecer los habitantes se apoderaron de un vehículo con combustible ilícito que era propiedad precisamente del Cuije, lo cual le habría molestado y esto desencadenó en el ataque masivo, sumado al derecho de cobro de piso, con el saldo ya conocido de manera oficial.

Sobre la presencia del Cuije en el municipio de Huehuetlán El Grande, la fuente consultada mencionó que llegaba ocasionalmente “ya sea que aquí se refugiaba y desde aquí operaba pero era solo este municipio únicamente, no se sabía que lo hiciera en municipios cercanos o vecinos”.


LA SEGURIDAD

Aunque los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) fueron retirados a sus diferentes bases regionales, los del Ejército Mexicano y de la Marina, continúan con sus recorridos de vigilancia en la cabecera municipal de Huehuetlán El Grande, de los cuales dos unidades son de la primera corporación y dos de la segunda.

De las veinte unidades de la Policía Estatal y de la AEI que originalmente llegaron a esta cabecera municipal, estas se retiraron, pese a que las calles permanecen prácticamente vacías, no hay actividad ni movimiento de la gente, hay todavía ese miedo e incertidumbre que se respira.




Después del sepelio masivo que se efectuó en el Panteón Municipal, al cual acudió una importante cantidad de personas, la vida y actividad en los pobladores de Huehuetlán El Grande, pareciera tomar un rumbo y estilo diferente, la gente se muestra apática e indiferente después de los acontecimientos que fueron difundidos local, nacional e internacionalmente.


LA VIDA DE UNO DE LOS OCCISOS 

La fuente informante señaló que la gente en Huehuetlán El Grande, es amable y dedicada a sus actividades, la mayoría al campo, algunos y muy contados, con la elaboración de blocks (tabiques), pero en el caso particular de Merced Torres Ramos, una de las nueve víctimas levantadas y después, privadas de la vida, su historia es diferente.

Él se dedicaba a la actividad musical, era integrante de un mariachi, pero también tenía una pasión o pasatiempo que era promover y participar en las actividades deportivas como es el beisbol, equipo que manejaba pero no se sabía que tuviera vínculo con alguna actividad ilícita.



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