Destrucción de los teteles de Ixcaquixtla se documentó y fue para construir una escuela.

La maquinaria evidenció un entierro. Foto: Cortesía Alex Basilio

Hace 51 años, La Voz de Puebla alertó sobre la pérdida del patrimonio realizada para la construcción de caminos.


En los años 70, en Ixcaquixtla, fueron destruidos los últimos vestigios de lo que era una zona arqueológica. Las autoridades y algunos pobladores en esa época fueron partícipes y testigos de la destrucción de las pirámides (teteles) y túneles. Aunque aún existe una estela que se recuperó del tetele más grande y que podría tratarse de la deidad más importante de Ixcaquixtla del periodo clásico. Además, como si la historia se resistiera a perderse, se siguen descubriendo entierros milenarios.

Esto se constata en una publicación del diario “La Voz de Puebla”, con fecha del 14 de noviembre de 1972, titulada “Destrucción arqueológica”. Ahí se documentó cómo la maquinaria destruía el montículo y los escombros eran depositados en un carro de volteo para llevarlos a rellenar los caminos de terracería.

Era una mañana del 14 de noviembre de 1972 cuando el doctor Gil Barbosa comentaba al diario sobre los trabajos para desaparecer el tétele más grande, denominado Campana, para construir en su lugar la escuela Normal “Profesor Jesús Merino Nieto”, hoy bachillerato “Quetzalcóatl”.

"Desde hace varios años se viene realizando esta destrucción", dice el doctor Gil. "En Ixcaquixtla, no hay piedras y abundan los teteles", cita el diario. Se refiere a que los propios vecinos sacaban material de los montículos para la construcción de sus casas, y que la misma iglesia estaba construida sobre un monumento arqueológico y otra parte fue edificada con las piedras de la pirámide destruida.

Además, había más montículos en los campos, pero cuando la carretera pasaba cerca, estos eran utilizados como bancos de piedra. Durante los trabajos para la destrucción del tétele Campana, un trabajador del ayuntamiento vigilaba si sacaban piezas arqueológicas. El tétele campana se denominó así porque había una piedra que, al golpearla, sonaba como una campana, pero lamentablemente desconocen quién se la llevó. En la publicación de hace 51 años, se documentó que la entrada a los túneles que estaban debajo de los teteles había sido cubierta con tierra.

Ejemplar de La Voz de Puebla del 14 de noviembre de 1972. Foto: Carmen Flores | El Sol de Puebla

SOBREVIVE UNA ESTELA

En ese entonces, la gente comentaba que tenían la “Piedra bruja”, una estela semienterrada cerca del tétele campana donde quebraban huevos y dejaban gallinas negras. Se desconoce si se trata de la misma estela que se encuentra en el bachillerato “Quetzalcóatl”, una piedra tallada en forma de una mujer, encontrada en el tétele campana y por ello dejada en dicha escuela.

La estela mide aproximadamente un metro de altura, está tallada con forma femenina, tiene un collar de cuentas y algo parecido a una falda. Le falta la cabeza, pero se desconoce si la tenía pintada o si fue demolida con la maquinaria. En una entrevista con El Sol de Puebla, el arqueólogo Arnulfo Allende declaró que esta estela no ha sido estudiada. Sin embargo, se tiene la hipótesis de que se trató de una deidad asociada a la muerte.

También indicó que, según la opinión del arqueólogo Iván Rivera, con más experiencia en iconografía, esta estela puede tratarse del mismo personaje representado en la tumba mural 1, descubierta en el año 2004. “En la pintura se observa un Dios femenino, con cara de felino, con un faldellín, collar de cuentas; esto refuerza la hipótesis de que se trata de una Diosa relacionada con la tierra y los muertos. La deidad está recibiendo al difunto en la tierra”, comentó.

Estela de piedra, aún existente en el municipio mixteco. Foto: Carmen Flores | El Sol de Puebla

Ante la posible relación entre la pintura de la tumba mural y la estela, Arnulfo Allende dijo que estaríamos frente a una deidad muy importante para la Ixcaquixtla del periodo clásico tardío o epiclásico, comprendido entre el año 650 y el 1000.

De acuerdo con Arnulfo Allende, Ixcaquixtla está asentada en lo que fue una ciudad prehispánica, que por su ubicación fue un paso importante de rutas comerciales, esto en el clásico, del 200 al 600 d.C.

Recientemente en Ixcaquixtla, se descubrió una tumba milenaria, y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer que, de acuerdo con la exploración realizada en una tumba de tradición mixteco-zapoteca que permaneció intacta por más de 1,500 años, se resguardaban los secretos de un rito de culto a los ancestros, celebrado presumiblemente por un linaje de comerciantes-guerreros.

Hasta el momento se han localizado cuatro tumbas prehispánicas en este municipio, pero solo tres han sido exploradas. Por lo tanto, Arnulfo Allende aseguró que podrían haber más tumbas de este tipo.

San Juan Ixcaquixtla se localiza al sur del estado de Puebla, en la región de Tepexi de Rodríguez, su nombre proviene del náhuatl “ixcaqui” que significa “ven acá” y “tla” sinónimo de lugar, lo que significa "Es el lugar donde se llamó a alguien". De acuerdo a las lenguas predominantes en la región, náhuatl, nguiva y mixteco, se conoce como “valle de algodón”.




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