🏛️ Poder en familia: Aristóteles Campos y Lorena Castillo gobiernan Ocoyucan y Cuayuca; ella, además, hermana de diputado federal.

Aristóteles Campos Flores y Eduardo Castillo López en un evento en Ocoyucan.

Cuayuca de Andrade, Pue.— En un caso que ilustra la concentración de poder político en la región mixteca, el matrimonio conformado por Aristóteles Campos Flores y Lorena Castillo López encabeza simultáneamente dos gobiernos municipales en Puebla. Él como presidente municipal de Santa Clara Ocoyucan, y ella como alcaldesa de Cuayuca de Andrade.

Lorena Castillo López, presidenta municipal de Cuayuca de Andrade.

Ambos son integrantes del movimiento Antorcha Campesina, aunque llegaron al poder por vías distintas: Campos fue electo como candidato del PAN en coalición con PRI y PRD, mientras que Castillo López obtuvo la alcaldía bajo la bandera del PT, en coalición con Morena, tras conseguir 1,002 votos validados por el Instituto Electoral del Estado.

Aristóteles Campos Flores, presidente municipal de Ocoyucan.

Además de su papel como alcaldesa, Lorena Castillo López es hermana del diputado federal de Morena, Eduardo Castillo López, quien representa el distrito con cabecera en Acatlán de Osorio, lo que refuerza el entramado político-familiar en la región.

Eduardo Castillo López, diputado federal por el distrito 14 con cabecera en Acatlán de Osorio.

Ambos municipios cuentan con presidentas honorarias del DIF designadas por el propio matrimonio: Isabel Montes en Ocoyucan y Cintia Castillo en Cuayuca. En Ocoyucan, Campos Flores ha sido señalado por hechos violentos ocurridos en agosto, mientras que en Cuayuca, Castillo López —originaria de Morelos y con formación hasta nivel preparatoria— ha asumido el cargo con respaldo antorchista y experiencia previa como supervisora comercial.

Este caso plantea interrogantes sobre la pluralidad política, la representación ciudadana y el papel de las organizaciones en la vida municipal. La presencia simultánea de tres miembros de la familia Castillo López en cargos públicos —dos alcaldías y una diputación federal— marca un precedente en la política regional.